domingo, 13 de marzo de 2011

Capítulo 4.


Me acerqué a la puerta de entrada pero cuando la empujé para obviamente entrar, me tomaron del hombro causando mi detención instantánea.
-Sam? – Me di la vuelta un poco asustada y sorprendida de verlo ahí parado.
-Josh! – Le di un tierno y gran abrazo, al que él respondió de la misma forma.
Josh es mi ex novio y ahora uno de mis mejores amigos, es extraño que alguien que fue tu novio termine siendo tu amigo, pero así es como lo acordamos. Estuvimos juntos hace casi un año pero de a poco dejamos de sentir lo mismo y además él se cambiaría de casa, fuera de N.Y.
 Nos separamos suavemente acabando nuestro abrazo.
-Sam estás tan linda, como siempre claro… - Eso causó que me sonrojara, fue extraño. – Y qué estás haciendo en Los Ángeles?
-Bueno, estoy viviendo aquí, desde el viernes. Por el trabajo de mamá debimos mudarnos… y tú? Lo último que supe de ti es que te habías ido de N.Y.
-Pues sí. Mamá ya estaba estresada con toda la presión de la ciudad, asique papá decidió que era mejor venir a vivir a California. Espera… Estudias aquí? – Apuntó las puertas detrás de mí.
-Sí, tú también? – Dije emocionada.
-No, estoy en el Instituto de la siguiente calle – Sonrió. – Pero no estamos tan lejos, si quieres puedo venir por ti y hacemos algo juntos, como en los viejos tiempos.
-Genial! Entonces te espero, aún no sé mi horario de salida, pero si quieres te llamo para avisarte.
Intercambiamos números de celular y nos despedimos. Ya se me hacía tarde y me llevaría un gran regaño de mamá si me atrasaba.
Las clases pasaron rápido, excepto la última, Biología. Siempre he odiado esa materia, diría que mucho más de lo que odio el brócoli. Salí del Instituto y me dirigí a la parada del autobús, Josh me había enviado un mensaje diciendo que no podría venir por mí, porque se le habían presentado algunos problemas de última hora.
Mi primer día de clases no fue el mejor, la verdad fue bastante incómodo. Nadie se acercó a hablarme, pero todos tenían sus miradas clavadas en mí, como si fuera un bicho raro.
Llegué a casa y mamá obviamente, aún seguía en el trabajo. Fui a mi habitación y me recosté en la cama, quería dormir un poco pero el hambre me lo impedía. Bajé a la cocina y abrí la nevera, mientras buscaba qué comer noté que no habían huevos y tampoco leche, quizá mamá había olvidado ponerlos en la lista que me dio el otro día. Decidí ir al mercado asique tomé un poco de dinero y salí. Iba mirando al suelo y pensando en la suerte que tuve de encontrarme a Josh, al menos conocería a alguien en L.A. Estaba tan distraída y encerrada en mi mundo que casi no sabía por dónde pisaba, de pronto choqué con algo.
-Oh diablos! – Levanté la cabeza para ver con lo que me había estrellado.
-Hola Sam – me sonreía con esos labios perfectos.
-Ho…hola Andreas
-Quién? Ah! Yo, claro… - Estaba nervioso, su voz era un tanto temblorosa.
-Perdona, no te vi ahí – Mi cara al igual que la otra vez, sentía que se quemaba.
-Haha! No te preocupes, yo también estaba un poco distraído.
-Am bueno, que estés bien, me debo ir… Adiós.
-Espera!... – me detuvo tomando mi mano suavemente, pero creo que al tomar conciencia de eso, me soltó. – Y a dónde vas?
-Al mercado, a comprar leche y huevos – Dije de forma tierna, lo que me pareció un poco tonto.
-Y… te puedo acompañar? O sea, si no te molesta…
-Claro! No sería mala idea – Sonreí.
Comenzamos a caminar en dirección al mercado, en silencio, lo que no era muy cómodo. No podía dejar de mirarlo, era algo completamente en contra de mi voluntad. Me fijé en cada uno de sus detalles, como que tenía un piercing en la ceja derecha, uno en la nariz y algunos también en ambas orejas. La forma en la que vestía, en otra persona ser vería completamente raro, pero en él esa ropa lucía perfecta. Además usa maquillaje, aunque no pude ver si en ese momento lo traía porque estaba cubierto por unas gafas al igual que su pelo, tapado con un gorro. Sinceramente, en ese momento era imposible quitar mi vista de él.
-Por qué me miras así? – Cuando abrió la boca para hablar y reír noté otro piercing, pero esta vez en su lengua, era tentador. Reaccioné un poco tarde y respondí.
-Es que… lo siento. Me preguntaba si… - Los nervios me causaron un nudo en la garganta, necesitaba inventar algo rápido. – no tienes calor?
~ Idiota, no se te ocurrió algo más convincente?!

-La verdad, sí – soltó una risita nerviosa. – Pero es por mi seguridad…
~ Bill debes aprender a hablar menos, a estas alturas ya debe sospechar. Con razón Tom no me deja mentir!
Lo miré un poco confundida, esperando que me explicara la razón, pero a cambio solo recibí una sonrisa… como siempre.
~ Eres raro, pero me caes bien.
Puse los ojos en blanco y suspiré. Seguimos caminando hasta detenernos en una esquina, para cruzar la calle y llegar al mercado. Una chica, debía de tener mi edad, se detuvo a nuestro lado con una revista en sus manos. Tomó mi atención automáticamente, ya que en la portada salían 4 chicos muy guapos, pero no fue eso lo que me atrajo, sino el hecho de que uno de los chicos era exactamente igual a Andreas, aunque este tenía un peinado extravagante y como un erizo. La chica abrió la revista, y para suerte de mi curiosidad fue en las páginas de la entrevista a los 4 chicos, comencé a leer mientras todos esperábamos para cruzar.

[Continuará]


Repito mis nenas, disculpen mi gran demora D:! les amo :3 

Capítulo 3.

Esa noche me dormí temprano, era un día sábado aburrido asique quería que pasara rápido.
Como cualquier domingo me desperté tarde, creo que a las 1 pm, me bañé, vestí y ordené mi habitación. Pasé prácticamente todo el día en mi habitación preparando las cosas para mañana, mi primer día de clases en Los Ángeles. Ya a la hora de dormir, me metí a la cama, mañana tendría que levantarme temprano para ir a un lugar en donde no conozco a nadie y para empeorar las cosas es mitad del primer semestre y ya todos conocen a todos. Además sería extraño un día de clases sin las risas de mis amigos. A todos estos pensamientos se sumó mi vecino, Andreas. Es tan misterioso y raramente hermoso, pero pareciera como si intentara ocultarme algo.
~ Ash! Siento que mi cabeza va a explotar en cualquier momento!
Daba vueltas y vueltas en la cama, pero no conseguía dormirme. Miré el pequeño reloj sobre el velador, eran las 23.20, volví a darme una vuelta y cerré los ojos, esta vez el sueño logró llevarme.
En la mañana desperté gracias a mi ruidoso reloj despertador. Eran las 7 am. Comencé a darme ánimos para salir de la cama aunque era casi imposible, de mala gana me levanté y fui en dirección al baño, en cuanto terminé de arreglarme bajé a desayunar. Mamá se preparaba para irse al trabajo.
-Ya te vas?
-Pues no, te espero a ti – Sonrió.
-A mí?! – Dije con tono alto y confundido.
-Sí, te iré a dejar al instituto, no quiero que te pierdas.
~ Gracias… Seré conocida como la ñoña que necesita que su mami la vaya a dejar.
-Má tengo 17, no me perderé. Además el autobús no me dejará en otro lugar que no sea el Instituto. – Intenté convencerla, pero fue en vano.
-Lo sé, pero siempre hacemos esto. Te voy a dejar en el primer día de clases.
~ Exacto, pero cuando tenía 6 años.
-Apresúrate en desayunar, no quiero que se te haga más tarde.
Fui a la cocina y me serví un poco de leche en un vaso, la verdad no tenía hambre y el estómago realmente me dolía, creo que eran nervios. Mientras bebía la leche comencé a mirar por la ventana de la cocina, Andreas iba saliendo de su casa, al igual que el otro día, estaba cubierto por unas gafas y un gorro. Se subió al Audi negro y partió. Sentí la sensación de haberlo visto antes de conocerlo, pero no podía recordarlo…
-Samantha!
~ Rayos!!
Di un salto y miré a mi espalda, mamá reía a carcajadas. El susto provocó que el vaso de leche cayera al suelo.
-Vamos! Hahaha! Ya son las 8.00 am y en 30 minutos debes estar en el Instituto o quieres llegar tarde?
Negué con la cabeza y busque algunas servilletas para limpiar la leche derramada. Me cepillé los dientes, tomé mi morral y subí al auto de mamá.
Los nervios ya casi desaparecían pero cuando noté que casi llegábamos, todo regresó. Mamá se estacionó frente al Instituto, besó mi mejilla y me deseó suerte.
-Recuerda que a la salida debes esperar el autobús, te dejará justo frente a la residencial. Nos vemos en la noche.
-Claro. – Cerré la puerta del auto y me dispuse a caminar.
~ Aquí vamos Sam…
Me acerqué a la puerta de entrada pero cuando la empujé para obviamente entrar, me tomaron del hombro causando mi detención instantánea.
-Sam?

[Continuará]

Capítulo 2.

Estúpidamente creí que me quedaría el resto de mi vida atrapada con un perro corriendo a mí alrededor, pero alguien llegó a mi salvación.
-Scotty!

Sentía una presión en el estómago pero cuando 'Scotty' comenzó a alejarse me sentí más aliviada.
~ Gracias…
-Aquí estás, pensé que te habías perdido!
Mi salvación seguía ahí y yo también, como si estuviera en trance.
-Estás bien? – Bajé a la realidad y miré al chico que estaba frente a mí pero las palabras no me salieron.
~ Diablos! Qué lindo!
Era alto, delgado, de piel blanca y lisa, en ese momento sentí como si estuviera diciéndome 'tócame'. Estaba perdida mirando sus ojos maquillados de negro, eso los hacía tan profundos y seductores. Su mirada extrañada seguía sobre mí pero aunque intentaba hablarle, ninguna palabra salía de mi boca. Una voz en mi cabeza luchaba por hacerme regresar a la Tierra.
~ Dile algo, no te quedes así! Lo estás asustando!
Vi como sus manos se acercaban a mis brazos y su boca se abrió para decir:
-Hola? Estás bien?! – Sonaba de verdad preocupado.
-S… sí! – Los nervios adormecieron mis labios
-Valla, pensé que eras sorda o peor… muda! – Comenzó a bromear un poco tímido.
Sentí mi cara arder, de seguro estaba roja y al parecer el chico lo notó, miró sus manos que aún seguían en mis brazos y las quitó.
-Am, perdona si Scotty te asustó…
-N… no! no! no me asustó – Lo interrumpí – Para nada!
~ Sí claro, mentirosa!
-Es que parecías un poco asustada. No te preocupes, no muerde, además creo que le agradas – Sonrió tiernamente.
~ Deja de sonreír así, los nervios me harán vomitar!
-Y… cómo te llamas nueva vecina? Hahaha.
-Samantha… em, Gómez, pero solo llámame Sam, suena más lindo, tú eres…?
-Es enserio?! – Dijo en un tono alto y sorprendido.
-Eso creo... – Estaba confundida, él reía y yo seguía sin entender nada. De pronto tanta risa cambió a seriedad.
-Tú de verdad no sabes…
-Debería?
-Pues todos saben. Soy B…
~ Espera! Quizá ahora pueda conocer a alguien 'real' y no interesado en mí porque soy Bill Kaulitz.
-B... Andreas! – B~ Andreas me mataría si supiera que lo suplanté, aunque en teoría no lo estoy suplantando, solo uso su nombre!
-Eres Bandreas? – Dije dudosa y aguantándome la risa.
~ Y pensé que mi nombre era feo.
-No! hahaha. Solo Andreas – Sonrió – qué edad me dijiste que tienes?
-17 y tú?
-21… Hey! Bienvenida a tu nueva casa, yo vivo en esa – Apuntó la enorme casa junto a la mía. Exacto, él era el chico que había bajado del Audi negro hace un rato.
-Wow! Lindo 'hogar', es un poco…
-Grande? Lo sé…
~ Es traficante.
-Bueno fue un gusto conocerte Andreas.
-Adiós, y también fue un gusto conocerte Sam – Me regaló una pequeña sonrisa y luego seguí mi camino al mercado. No fue tan difícil encontrarlo, estaba solo a dos calles de la residencial. Hice las compras y regresé a casa.
Mamá aún no llegaba asique me fui a la cocina a ordenar las cosas que había comprado. Cuando ya había terminado me acomodé en el sofá de la sala y encendí mi computadora hasta que llegó mamá. El auto nuevo era muy lindo la verdad, de color azul; según mamá 'perfecto' para las calles Californianas, pero aún seguía molesta por lo injusto que era que ella tuviera auto y yo no.
-Mamá hice las compras, traje todo lo que escribiste en la lista.
-Ah gracias hija, aprovechaste de mirar un poco?
-Mirar qué? – Dije confundida. Pero no recibí una respuesta concreta a mi pregunta, solo fue el movimiento de ambas cejas de mamá.
-Ay no mamá! – Dije sonrojada y pensando en mi vecino, Andreas. – Aunque la verdad me gusta mucho L.A es… relajado.
-Qué bien! De a poco te acostumbrarás. Ahora ve a lavar tus manos para cenar.
Subí al baño de mi habitación y lavé mis manos, luego miré el celular y tenía un mensaje de Alexandra, mi mejor amiga: 'Espero que hayas llegado bien, te extrañamos Sam :c Cuídate. Te quiero (: Estamos en contacto.' Sentí un vacío en el estómago y muchas ganas de llorar, pero intenté contenerme, comencé a recordar el día de nuestra despedida, lloramos mucho… Alex ha sido mi amiga desde que tengo memoria y nunca nos habíamos separado, hasta hoy. Dejé mi celular sobre el velador y bajé a cenar. Durante la comida le conté a mamá sobre nuestro vecino y ella bromeó diciendo que 'encontré al amor de mi vida' yo solo reía. Esa noche me dormí temprano, era un día sábado aburrido asique quería que pasara rápido.

[Continuará]



Como se habrán dado cuenta ahora sale ~ ... eso es porque Bill piensa algo c: y así es como será de ahora en adelante.

Capítulo 1.

Ya no hay vuelta atrás, abandoné a mis amigos, mi antigua casa y mi ciudad… New York.
A mamá la transfirieron a Los Ángeles, California por cosas de su trabajo y obviamente tuvimos que cambiarnos de casa. Cuando supe la noticia, hace creo que dos semanas, intenté reaccionar calmada pero en realidad por dentro quería llorar y morir, la verdad quién no? Si te sacan obligada de 'tu tierra', el lugar en donde naciste y creciste durante 17 años. En fin, la nueva casa es un lindo lugar aunque me parece muy grande para dos personas. Mi habitación es hermosa, no lo puedo negar. Está pintada de color lila y tiene un gran ventanal que conecta con el balcón, desde ahí puedo ver las otras casas pero no las veo tan bien como la casa vecina y parte de una de sus habitaciones. La residencial es… demasiado privada, podría funcionar como cárcel, a pesar de eso es bastante linda y agradable, llena de árboles y una pequeña plaza con juegos para niños. 
Mis pensamientos fueron interrumpidos por los golpes en mi puerta.
-Sam? – mamá abrió y entró - Estás despierta? 
Abrí los ojos y me enderecé de la cama para sentarme.
-Sí má, por qué? – Creo que se distrajo un poco mirando mi habitación. Pude notar su cara de sorpresa al ver tanto orden, se puede decir que soy exageradamente desordenada y es algo muy raro ver mi habitación 'limpia'. Pero como llegamos hoy a la nueva casa, quise distraerme un poco durante la tarde y decidí ordenar mis cosas y sacarlas de las maletas. Luego de unos segundos me miró.
-Vas a comer algo antes de dormir?
-No gracias, creo que el viaje de 7 horas me dejó demasiado cansada y además no tengo hambre. Asique me dormiré temprano.
-Está bien, descansa – Se volteó para salir pero se detuvo un momento – Ah! Tu habitación se ve… bien! – Rió – Buenas noches.
-Buenas noches má! – Dije entre risas.
~ Espera… noches?!
Tomé mi celular que estaba sobre el velador justo a mi lado y miré la hora.
~ 22.30?
El tiempo se había pasado muy rápido, habíamos llegado a las 18.00 hrs a casa y prácticamente me había pasado toda la tarde en mi habitación sin darme cuenta. Me levanté para ponerme el pijama y lavar mis dientes, luego me cepillé el cabello al igual que todas las noches, no me gusta que se enrede, es desagradable, y más cuando es tan largo. Me acosté e intenté dormir, al principio fue un poco complicado pero pasaron algunos minutos y el sueño me venció. Desperté a las 11.00 como de costumbre los sábados, bajé a la cocina a prepararme el desayuno, mamá estaba en la sala terminando de ordenar las cajas y esas cosas.
-Buenos días mamá
-Buenos días hija – Continué mi camino a la cocina, serví un poco de leche en un vaso y saqué unas galletas de la despensa. Subí a mi habitación y me recosté en la cama a ver televisión. Después de un rato me bañé y vestí, el día estaba un tanto caluroso asique me puse una polera morada, shorts negros y chapulinas negras. Ordené mi cama y la habitación, bajé a la sala y vi que mamá se preparaba para salir.
-A dónde vas? – Pregunté curiosa
-A buscar mi nuevo auto – Sonrió malvada
-Tu nuevo qué?!
-Ay Samantha no empieces, ya conversamos sobre eso…
~ Esto es injusto!
El 'eso' que ya habíamos conversado era que yo no tendría auto hasta que fue a la universidad, o sea en dos años más, pero a mi edad no es normal no tener auto, a los 17 todos tienen licencia de conducir y auto. Sobre todo en L.A! Yo solo tengo la mitad… Licencia. Mamá me permitió hacer el curso de conducción y obtener una licencia solo por si algún día había una emergencia. En fin… no lograría nada discutiendo asique solo callé.
-Ok, me voy. Dejé comida preparada por si te da hambre – Se acercó y besó mi mejilla – Ah! Y sobre la mesa del teléfono hay una lista con algunas cosas que hacen falta, si quieres puedes ir a algún mercado a comprar o sino cuando llegue puedo ir yo.
-Claro. Adiós.
Mamá salió de casa, como no había nada que hacer regresé a mi habitación y me quedé en el balcón para tomar un poco de aire. Solo podía ver árboles, casas y más árboles.
~ Mis sábados nunca son tan aburridos como este.
El ruido de un auto de color negro me asustó y me hizo reaccionar, se estacionó frente a la casa de al lado, si no me equivoco era un Audi, de él bajó alguien que casi no pude ver porque estaba cubierto con unas gafas negras y un gorro, lo cual llamó mi atención al instante pero no le di mayor importancia. Pasó un largo rato y recordé la lista que mamá había dejado, decidí ir a comprar, quizá me serviría para despejarme y conocer un poco de L.A. Tomé el dinero y la pequeña hoja y salí de casa. Cuando me di la vuelta para ponerle llave a la puerta un perro se me acercó y comenzó a correr a mí alrededor. Estaba asustada, desde que tenía 5 y un perro me mordió no me he vuelto a acercar a uno.
~ Mierda! Por qué a mí? 
Era grande y eso hacía que le temiera más. Estúpidamente creí que me quedaría el resto de mi vida atrapada con un perro corriendo a mí alrededor, pero alguien llegó a mi salvación.
-Scotty! 

[Continuará]

Un dato :B

Mis nenas, primero, espero que les guste el fick. Antes lo publicaba en facebook pero ahora comenzaré a subirlo aquí, asique a mis cabras (?) que leían en mi facebook perdón por demorarme taaaanto, esque hacía el blog y además esto del liceo me tiene 'aproblemada' [amor xd]. Otra cosa, cuando salga ~ ... y de color, como ya se ve, rosa es porque Sam está pensando algo :B y más adelante saldrán más pero de diferentes colores, ahí se darán cuenta c: les amo Gracias *-*

Prólogo.

Al final todo era un engaño cierto? Por qué creí que cambiarías para estar con alguien tan común como yo? Realmente pensé que comenzabas a amarme porque la verdad... yo lo hago. Es cierto, todo tiene un final, nada es para siempre. A veces es mucho mejor olvidar, y eso es lo que haré, olvidaré. Te amo demasiado como para verte así y saber que no estás cómodo, solo espero no equivocarme. Enserio, era mejor cuando tan solo… Te odiaba {♥}