Me acerqué a la puerta de entrada pero cuando la empujé para obviamente entrar, me tomaron del hombro causando mi detención instantánea.
-Sam? – Me di la
vuelta un poco asustada y sorprendida de verlo ahí parado.
-Josh! – Le di un
tierno y gran abrazo, al que él respondió de la misma forma.
Josh es mi ex
novio y ahora uno de mis mejores amigos, es extraño que alguien que fue tu
novio termine siendo tu amigo, pero así es como lo acordamos. Estuvimos juntos
hace casi un año pero de a poco dejamos de sentir lo mismo y además él se
cambiaría de casa, fuera de N.Y.
Nos separamos suavemente acabando nuestro
abrazo.
-Sam estás tan
linda, como siempre claro… - Eso causó que me sonrojara, fue extraño. – Y qué
estás haciendo en Los Ángeles?
-Bueno, estoy
viviendo aquí, desde el viernes. Por el trabajo de mamá debimos mudarnos… y tú?
Lo último que supe de ti es que te habías ido de N.Y.
-Pues sí. Mamá ya
estaba estresada con toda la presión de la ciudad, asique papá decidió que era
mejor venir a vivir a California. Espera… Estudias aquí? – Apuntó las puertas
detrás de mí.
-Sí, tú también?
– Dije emocionada.
-No, estoy en el
Instituto de la siguiente calle – Sonrió. – Pero no estamos tan lejos, si
quieres puedo venir por ti y hacemos algo juntos, como en los viejos tiempos.
-Genial! Entonces
te espero, aún no sé mi horario de salida, pero si quieres te llamo para
avisarte.
Intercambiamos
números de celular y nos despedimos. Ya se me hacía tarde y me llevaría un gran
regaño de mamá si me atrasaba.
Las clases
pasaron rápido, excepto la última, Biología. Siempre he odiado esa materia,
diría que mucho más de lo que odio el brócoli. Salí del Instituto y me dirigí a
la parada del autobús, Josh me había enviado un mensaje diciendo que no podría
venir por mí, porque se le habían presentado algunos problemas de última hora.
Mi primer día de
clases no fue el mejor, la verdad fue bastante incómodo. Nadie se acercó a
hablarme, pero todos tenían sus miradas clavadas en mí, como si fuera un bicho
raro.
Llegué a casa y
mamá obviamente, aún seguía en el trabajo. Fui a mi habitación y me recosté en
la cama, quería dormir un poco pero el hambre me lo impedía. Bajé a la cocina y
abrí la nevera, mientras buscaba qué comer noté que no habían huevos y tampoco
leche, quizá mamá había olvidado ponerlos en la lista que me dio el otro día.
Decidí ir al mercado asique tomé un poco de dinero y salí. Iba mirando al suelo
y pensando en la suerte que tuve de encontrarme a Josh, al menos conocería a
alguien en L.A. Estaba tan distraída y encerrada en mi mundo que casi no sabía
por dónde pisaba, de pronto choqué con algo.
-Oh diablos! –
Levanté la cabeza para ver con lo que me había estrellado.
-Hola Sam – me
sonreía con esos labios perfectos.
-Ho…hola Andreas
-Quién? Ah! Yo,
claro… - Estaba nervioso, su voz era un tanto temblorosa.
-Perdona, no te
vi ahí – Mi cara al igual que la otra vez, sentía que se quemaba.
-Haha! No te
preocupes, yo también estaba un poco distraído.
-Am bueno, que
estés bien, me debo ir… Adiós.
-Espera!... – me
detuvo tomando mi mano suavemente, pero creo que al tomar conciencia de eso, me
soltó. – Y a dónde vas?
-Al mercado, a
comprar leche y huevos – Dije de forma tierna, lo que me pareció un poco tonto.
-Y… te puedo
acompañar? O sea, si no te molesta…
-Claro! No sería
mala idea – Sonreí.
Comenzamos a
caminar en dirección al mercado, en silencio, lo que no era muy cómodo. No
podía dejar de mirarlo, era algo completamente en contra de mi voluntad. Me
fijé en cada uno de sus detalles, como que tenía un piercing en la ceja
derecha, uno en la nariz y algunos también en ambas orejas. La forma en la que
vestía, en otra persona ser vería completamente raro, pero en él esa ropa lucía
perfecta. Además usa maquillaje, aunque no pude ver si en ese momento lo traía
porque estaba cubierto por unas gafas al igual que su pelo, tapado con un
gorro. Sinceramente, en ese momento era imposible quitar mi vista de él.
-Por qué me miras
así? – Cuando abrió la boca para hablar y reír noté otro piercing, pero esta
vez en su lengua, era tentador. Reaccioné un poco tarde y respondí.
-Es que… lo siento.
Me preguntaba si… - Los nervios me causaron un nudo en la garganta, necesitaba
inventar algo rápido. – no tienes calor?
~ Idiota, no se
te ocurrió algo más convincente?!
-La verdad, sí –
soltó una risita nerviosa. – Pero es por mi seguridad…
~ Bill debes
aprender a hablar menos, a estas alturas ya debe sospechar. Con razón Tom no me
deja mentir!
Lo miré un poco
confundida, esperando que me explicara la razón, pero a cambio solo recibí una
sonrisa… como siempre.
~ Eres raro, pero
me caes bien.
Puse los ojos en
blanco y suspiré. Seguimos caminando hasta detenernos en una esquina, para
cruzar la calle y llegar al mercado. Una chica, debía de tener mi edad, se
detuvo a nuestro lado con una revista en sus manos. Tomó mi atención
automáticamente, ya que en la portada salían 4 chicos muy guapos, pero no fue
eso lo que me atrajo, sino el hecho de que uno de los chicos era exactamente
igual a Andreas, aunque este tenía un peinado extravagante y como un erizo. La
chica abrió la revista, y para suerte de mi curiosidad fue en las páginas de la
entrevista a los 4 chicos, comencé a leer mientras todos esperábamos para
cruzar.
[Continuará]
Repito mis nenas, disculpen mi gran demora D:! les amo :3 ♥
Repito mis nenas, disculpen mi gran demora D:! les amo :3 ♥